La decimonovena edición de Tomorrowland ha sido, sin duda, una de las más inolvidables desde su inicio en 2005. Lo que comenzó con una adversidad inesperada —un incendio que consumió el escenario principal solo dos días antes de su inauguración— se convirtió en un ejemplo de resistencia, talento organizativo y amor por la música electrónica. El evento, llevado a cabo en el parque De Schorre, en Boom (Bélgica), nuevamente reunió a cientos de miles de visitantes de todas partes del mundo, reafirmando su posición como el festival más icónico del género a nivel global.
A pesar de la destrucción del gigantesco mainstage Orbyz —una estructura de 45 metros de altura y 160 metros de largo—, la organización logró reconstruir una versión alternativa en tiempo récord. El nuevo escenario, sobrio pero funcional, permitió que la música comenzara puntualmente el viernes a las 16:00. Más allá de lo técnico, la emoción fue palpable entre el público y los DJs, quienes ofrecieron sus actuaciones frente a los restos visibles del siniestro, convertidos ya en símbolo de resistencia.
Un festejo internacional con esencia española
Tomorrowland volvió a superar cifras de asistencia con 200.000 personas por fin de semana y más de 200 nacionalidades representadas. Entre ellas, destacó de forma especial la comunidad española, cuya presencia no solo se percibió entre el público, sino también sobre los escenarios. Con una participación récord de artistas nacionales, la edición de 2025 ha sido la más española de la historia del festival.
Entre los artistas más sobresalientes se encuentran Indira Paganotto, una figura internacionalmente reconocida en el psytechno, y B-JONES, la primera DJ española en actuar en el escenario principal, que participó por cuarta ocasión. A su lado, músicos como DJ Nano, Abel The Kid, Wade, Fonsi Nieto y Brian Cross sumaron una variedad de géneros y consolidaron a España como un centro en crecimiento dentro de la escena de la música electrónica global.
Abel The Kid, por otro lado, destacó la relevancia de Ibiza como un trampolín hacia el reconocimiento global y la perseverancia de los músicos nacionales como elementos esenciales del auge español en Tomorrowland. Para numerosos artistas, presentarse en esos escenarios significa mucho más que un simple show: es una ocasión para demostrar al mundo el desarrollo de una escena que requiere habilidad, dedicación y una conexión genuina con el espectador.
Mujeres al frente del cambio electrónico
Otro de los aspectos más celebrados este año ha sido la creciente visibilidad de las mujeres en la música electrónica. La programación alcanzó una participación femenina superior al 20 %, un avance significativo respecto a ediciones pasadas. Figuras como Charlotte de Witte, Sara Landry y Amelie Lens encabezaron algunos de los sets más esperados del festival, consolidándose como referentes internacionales.
La dirección artística del festival ha reconocido esta transformación como una prioridad, destacando la importancia de la representación y el impacto de tener referentes femeninos sobre los escenarios. La propia Charlotte de Witte abrió y cerró el escenario principal en una misma jornada, una hazaña histórica que reafirma el papel protagónico que hoy ocupan las mujeres en la escena electrónica.
Dreamville: una ciudad temporal con alma propia
Más allá de la música, Tomorrowland es una experiencia inmersiva donde cada detalle está cuidadosamente diseñado para ofrecer un universo alternativo. En ese contexto, Dreamville, la ciudad de acampada del festival, se ha convertido en un fenómeno en sí mismo. Con capacidad para 38.000 personas por semana, su infraestructura incluye desde supermercados y panaderías hasta gimnasios, peluquerías y áreas de bienestar con clases de yoga y boxeo.
Con una extensión similar a 148 campos de fútbol, más de 900 duchas, 1.000 baños y 19 tipos de hospedaje, Dreamville opera como una comunidad independiente. Desde tiendas clásicas hasta villas de lujo con piscina y atención las 24 horas, esta área refleja la diversidad de maneras en que los visitantes disfrutan del festival, a menudo tras meses, e inclusive años, de preparación.
Homenajes, obras clásicas y tecnología avanzada
La agenda de 2025 no solo se centró en los sonidos actuales y venideros de la música electrónica, sino que también celebró a sus figuras legendarias. Uno de los instantes más conmovedores fue la experiencia inmersiva dedicada a Avicii, donde los asistentes revivieron sus legendarios sets en Tomorrowland desde 2011 hasta 2015. Además, la música clásica encontró nuevamente su lugar con The Symphony of Unity, que presentó dos actuaciones en vivo en el escenario Freedom, demostrando que la emoción no tiene barreras de género ni de tiempo.
Con más de 850 artistas actuando en seis días y 15 escenarios activos —entre ellos Freedom, CORE, Elixir, The Rose Garden y House of Fortune—, Tomorrowland continúa demostrando por qué es una referencia global. La variedad musical, que abarca desde techno y house hasta progressive y hardstyle, responde a un cuidadoso proceso de selección que comienza más de un año antes del evento, guiado por criterios de diversidad, calidad y conexión emocional con la audiencia.
Hacia nuevos horizontes
La firma Tomorrowland continúa ampliándose fuera de Bélgica. En este momento, tiene ediciones en los Alpes franceses y en Brasil, y se anticipa un evento a gran escala en Asia para el próximo año. Además, se ha ratificado el regreso del festival a Estados Unidos con un espectáculo en The Sphere, en Las Vegas, consolidando su rol como una marca global de entretenimiento.
A lo largo de veinte años, Tomorrowland ha crecido para ser más que solo un festival: es una comunidad mundial que comparte ideales, vivencias y un amor compartido por la música electrónica. Este 2025, a pesar de los desafíos, ha demostrado que su esencia permanece inalterada. La magia persiste, y cada aspecto —desde un vaso reciclable hasta una melodía sinfónica— sigue narrando la historia de un evento que se reinventa constantemente.