Gestores de fondos refuerzan inversiones en infraestructuras frente a riesgos geopolíticos

Gestores de fondos aumentan apuesta por infraestructuras ante riesgos geopolíticos

La creciente incertidumbre global está haciendo que los administradores de fondos desvíen capital hacia infraestructuras, vistas como un activo clave para mitigar riesgos y garantizar beneficios a largo plazo.

En los años recientes, el panorama financiero mundial ha estado caracterizado por diversas tensiones que han influido en las decisiones de inversión. Elementos como enfrentamientos bélicos, tensiones diplomáticas, interrupciones en las cadenas de suministro y la constante inflación han llevado a los principales administradores de capital a reconsiderar su forma de diversificar portafolios. En este contexto, el interés en proyectos de infraestructura ha adquirido un protagonismo destacado.

La razón es sencilla: las infraestructuras, que abarcan desde carreteras hasta instalaciones de energía renovable, brindan estabilidad, ingresos constantes y una menor relación con otros activos más inestables. De acuerdo con la gestora mundial IFM Investors, especializada en manejar capital institucional masivo, invertir en este tipo de activos no es una moda temporal, sino una táctica firme ante la inestabilidad geopolítica.

Razones por las que las infraestructuras se afianzan como refugio de inversiones

Para los gestores de fondos, el atractivo de las infraestructuras radica en su carácter esencial. Son activos vinculados a servicios básicos que mantienen su demanda incluso en escenarios de recesión o crisis política. La electricidad, el transporte, las telecomunicaciones y el acceso al agua son necesidades que no se detienen, lo que convierte a estas inversiones en pilares de estabilidad.

En un escenario en el que las inversiones convencionales como las acciones o los bonos gubernamentales tienen una gran reacción ante las noticias geopolíticas, las infraestructuras presentan menos fluctuaciones. Asimismo, los rendimientos tienden a ajustarse con la inflación, lo que las hace más atractivas en un entorno de altos precios.

Los expertos también señalan que la transición energética y la digitalización global han abierto nuevas oportunidades en este campo. Invertir en parques eólicos, redes de fibra óptica, centros de datos o estaciones de carga para vehículos eléctricos ya no solo es rentable, sino también alineado con las políticas públicas y la presión social hacia modelos sostenibles.

La función de los fondos institucionales en el desarrollo de infraestructuras

Las instituciones como los fondos de pensiones, las compañías de seguros y los fondos soberanos han aumentado su participación en este sector. Su enfoque se centra en inversiones a largo plazo y la búsqueda de seguridad, lo que se ajusta naturalmente a la estabilidad que proporcionan las infraestructuras.

A diferencia de los inversores minoristas, los institucionales tienen la capacidad de movilizar grandes sumas de capital hacia proyectos de envergadura que requieren plazos extensos de maduración. De esta forma, contribuyen al financiamiento de obras que no solo generan beneficios financieros, sino también impacto económico y social en las comunidades.

Según IFM Investors, esta tendencia se ha fortalecido por la necesidad de asegurar la seguridad energética y la resiliencia en las cadenas de suministro. Después de eventos como la pandemia y las tensiones recientes en Europa del Este, los gobiernos han dado prioridad a las infraestructuras estratégicas. Esto ha creado oportunidades de colaboración público-privada que han impulsado la llegada de capital privado.

Riesgos geopolíticos que impulsan esta tendencia

Aunque ningún sector está completamente aislado de los riesgos globales, las infraestructuras se perciben como más resistentes que otros activos. Sin embargo, el interés creciente en este tipo de inversiones no puede entenderse sin analizar los detonantes recientes.

La guerra en Ucrania y sus repercusiones energéticas en Europa evidenciaron la vulnerabilidad de la dependencia de recursos externos. Al mismo tiempo, las tensiones en Medio Oriente y Asia han puesto de manifiesto los riesgos de interrupción en el comercio internacional. Estas dinámicas han fortalecido la idea de que contar con redes sólidas de energía, transporte y logística internas es clave para la seguridad de los países.

Los administradores de fondos, al analizar la situación, concluyen que invertir en infraestructuras no solo preserva el capital, sino que también se adapta a una demanda creciente de los países. Por esta razón, los proyectos que aseguren independencia y seguridad nacional tienen más posibilidades de obtener respaldo regulatorio y políticas de estímulo.

Posibilidades de expansión en el ramo

La infraestructura no solo actúa como un resguardo durante crisis, sino que también impulsa oportunidades. El cambio hacia energías renovables exige grandes inversiones en energía solar, eólica e hidrógeno verde. Del mismo modo, la digitalización necesita ampliar redes de telecomunicaciones y crear nuevos centros de datos para manejar el incremento del tráfico en internet.

Un área que está creciendo es la movilidad urbana sostenible. Los gobiernos de diversas áreas están promoviendo iniciativas de transporte eléctrico, trenes rápidos y soluciones de infraestructura inteligente que disminuyan el impacto ambiental de las urbes.

En Latinoamérica, África y el sureste asiático, la falta de infraestructuras básicas aún es significativa, proporcionando un terreno propicio para invertir. En estas regiones, los fondos identifican la oportunidad de lograr retornos interesantes al mismo tiempo que apoyan el desarrollo económico sostenido.

Un recurso que resiste el futuro

Aunque invertir en infraestructuras ofrece beneficios, es esencial realizar una planificación detallada. Es importante considerar aspectos como las modificaciones regulatorias, los riesgos de ejecución y las variaciones en la financiación. Sin embargo, la estabilidad proporcionada por los ingresos a largo plazo, generalmente, compensa los riesgos implicados.

Los expertos anticipan que la tendencia seguirá consolidándose en los próximos diez años. Con un mundo que se encuentra más conectado a la vez que más dividido políticamente, los administradores de fondos continuarán buscando activos que ofrezcan estabilidad y previsibilidad.

En este escenario, las infraestructuras no solo cumplen un rol financiero, sino que se consolidan como herramientas estratégicas para enfrentar los retos de la seguridad global, la transición energética y el desarrollo sostenible.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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